La hernia discal o lumbar está relacionada con molestias en la espalda baja y que en ocasiones, también presenta irradiación a las extremidades. En Andes Salud, te contamos más sobre sus síntomas y factores de riesgo, para que sepas cuándo consultar.
La columna vertebral, es una de las estructuras centrales del organismo y está compuesta por 33 vértebras, que se agrupan en cinco regiones: cervical, torácica, lumbar, sacra y coxis.
Para que podamos realizar actividades cotidianas, como caminar o agacharse, entre cada vértebra existe un disco intervertebral, un “amortiguador o almohadilla” compuesto de cartílago, que tiene la función de amortiguar y permitir la flexibilidad vertebral. Cuando parte de esta almohadilla sale de su lugar, se produce una hernia lumbar.
“Una hernia del núcleo pulposo lumbar, puede producirse en cualquiera de los discos que se encuentran entre dos vértebras, siendo las de mayor frecuencia L4-L5 y L5-S1. Es una patología muy prevalente, en donde el principal síntoma de herniación discal lumbar, es la irradiación a las extremidades inferiores, habitualmente unilateral, pudiendo asociarse dolor lumbar o glúteo, conformando la llamada “lumbociática”, detalla el doctor Julio García Molina, Neurocirujano de Clínica Andes Salud.
Como ha advertido la Organización Mundial de la Salud, los trastornos musculoesqueléticos son la principal causa de discapacidad en todo el mundo, y el dolor lumbar o lumbociática por patología degenerativas espinal, es la molestia más frecuente.
Es por eso que, para evitar que el dolor se vuelva crónico, es clave conocer las señales de alerta, para acudir de forma oportuna a un médico especialista, que pueda orientarnos en el diagnóstico y tratamiento adecuado.
Junto con entregar soporte mecánico al cuerpo, la columna vertebral tiene la importante función de proteger a la médula espinal y estructuras neurales, encargados de transmitir impulsos nerviosos que conectan con el cerebro y controlan las funciones de resto de nuestro organismo.
Como explica el especialista, “las molestias asociadas a una hernia del núcleo pulposo lumbar, se generan debido a la presión ejercida por el material discal, literalmente similar a un gel muy consistente, fuera de su lugar, generando compresión o irritación de estructuras nerviosas, particularmente nervios raquídeos, los cuales ven afectada su funcionalidad. Si existe una hernia, el espacio es menor y la presión, mayor, pudiendo acarrear no solo dolor importante, sino también perdida de la función”.
Entre los síntomas más frecuentes de una hernia discal lumbar, se encuentran:
Existen distintos factores que pueden incidir o propiciar el desarrollo de una hernia discal a nivel lumbar. “Al tratarse de una enfermedad asociada al desgaste propio de los discos, es frecuente en adultos, siendo su mayor prevalencia entre 30 y 55 años, muy rara vez en menores de edad y habitualmente asociada a otra patología degenerativa más avanzada en adultos mayores, como artrosis o desplazamientos de las vértebras (espondilolistesis). Es importante entender, que en todos los seres humanos existe un desgaste natural de nuestras articulaciones al envejecer, del cual nuestra columna vertebral no está exenta. La presencia de una resonancia o TAC con un espectro de “discopatía”, no son sinónimos de padecer una hernia propiamente tal, pero si un marcador de un proceso degenerativo”, indica el doctor García.
Hay otros elementos que favorecen la génesis de una herniación lumbar, como por ejemplo:
Para confirmar o descartar la existencia de una hernia de disco en la zona lumbar, el médico tratante realizará:
“En cuanto al tratamiento, en Chile existen las garantías explicitas de salud (GES), las cuales nos entregan una pauta ordenada de tratamiento. Comenzaremos de forma conservadora, indicando kinesioterapia como pilar, apoyado con medicamentos y reposo para aliviar los síntomas, siendo esto suficiente para resolver más del 70% de los casos», comenta el especialista.
Y agrega: «Si las molestias no cesan, existen procedimientos ambulatorios opcionales como infiltraciones con buenos resultados».
«En casos donde existe un fracaso de las medidas anteriores o signos de gravedad, la cirugía de disectomía, se mantiene como el tratamiento de elección. Esta tiene por objetivo retirar el material discal que genera la compresión de la estructura neural, aliviando de esta forma los síntomas. En la actualidad, existen numerosas técnicas de cirugías cada vez de menor invasión, siendo la más validada el uso de microscopio (incluida en GES), acompañada de cerca por el desarrollo y advenimiento de la cirugía endoscópica, limitada fundamentalmente por su alto costo agregado», concluye el especialista.
¿Crees que tu dolor de espalda baja puede deberse a una hernia lumbar? No dejes pasar los síntomas y consulta con nuestros médicos especialistas en traumatología en la red de clínicas Andes Salud. ¡Un diagnóstico precoz, permitirá que recibas un tratamiento oportuno!
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