La Dra. Eileen Bull, Ginecóloga Obstetra de Clínica Andes Salud Puerto Montt resalta la importancia del control y la detección de síntomas del síndrome climatérico, para un oportuno manejo de este proceso.
La gran mayoría de las mujeres asocian el fin de la edad reproductiva al concepto “Menopausia” cuyo significado es en realidad la última menstruación; no obstante, este proceso es precedido por el Síndrome Climatérico que es un conjunto de síntomas asociados a la disminución del estradiol, que acompaña al período de la perimenopausia y que son posibles de detectar en una mujer, desde algunos años antes de la Menopausia.
Según explicó la Dra. Eileen Bull, el inicio de este proceso se determina en forma clínica, mediante la escala MRS (Menopause Rating Scale) y la presencia de los síntomas más comunes, tales como bochornos o sofocos en la parte alta del tórax y cara, presente en el 70% de las mujeres climatéricas.
Otras alteraciones que –en cierta medida- pueden afectar el desarrollo de las actividades cotidianas, son insomnio, irritabilidad, ansiedad, síntomas depresivos, molestias articulares y musculares. Por otro lado, se pueden presentar algunas molestias en el ámbito de la sexualidad como la sequedad vaginal y disminución de la líbido.
Si bien, los síntomas climatéricos pueden aparecer desde varios años antes de la Menopausia y continuar, también varios años después de ésta, esta sintomatología se puede disminuir e incluso suprimir con la hormona faltante, el estradiol, especialmente, en el caso de los bochornos.
Este tratamiento se puede administrar por vía oral, transdérmica e intramuscular. A esto se debe sumar la hormona Progesterona; excepto en el caso de las mujeres que han sido histerectomizada (extirpación del útero).
“Lo más notorio después de la menopausia es que la paciente ya no tendrá reglas. Además hay algunas patologías que aumentan en incidencia debido al estado postmenopáusico como la osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, enfermedad de Alzheimer”, explicó la especialista, agregando que en el caso de ésta última -que afecta indistintamente a hombres y mujeres- la edad y factores ambientales parecen ser los de mayor riesgo.
Es muy importante el control por especialista durante este proceso, para considerar también la derivación y procedimientos de pesquisa de las otras patologías no ginecológicas asociadas a este cambio natural en la mujer.
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